Fiat

Fiat. Con esa palabra empezó el mundo, cuando el Verbo que estaba con Dios y era Dios desde el principio decidió por Amor dar vida a la creación. Esa palabra fue el inicio del final de la historia de la salvación, cuando María, a pesar de sus dudas iniciales, decidió aceptar con alegría, amar y cumplir la voluntad de Dios hasta el final. Con esa palabra Jesús nos regaló su salvación al pronunciarla una y otra vez, desde que sudaba sangre en Getsemaní hasta que entregó el espíritu en la Cruz. Fiat.

A lo largo de la historia del hombre y de mi propia historia de vida, Dios ha salido una y otra vez a mi encuentro. Me ha ido dejando ver poco a poco destellos de esa gran felicidad que Él promete, me ha envuelto con su Amor y me ha demostrado una y mil veces que nunca falla, que por cada minuto que yo le doy Él me abre de par en par las puertas de la eternidad. Y después de tanto que estuvo tocando a mi puerta, llegó un momento en el que, estando yo francamente aterrado de hacerlo, decidí asomarme para ver qué quería. Decidí que si Él había salido a mi encuentro de tantas maneras y durante tanto tiempo, la respuesta que el Amor me dictaba era salir yo a su encuentro y decir esa palabra tan pequeña pero tan grande. Fiat. ¡Hágase!

Así que hoy, con esa palabra, cambia mi vida. Dejo atrás ciertas cosas, de las cuales la única imporante son los pedazos de corazón que se quedan en las personas que más quiero. Pero a cambio, recibo de ellos una parte de su corazón para completar el mío y, por manos de María, ofrecérselo sin reservas a Dios. Fiat.

Hoy también me despido de este blog, en el cual he plasmado tantos pensamientos y he podido compartirlos con mucha gente. Confío en que es una despedida temporal, y en un año, dos o tres volveré a estar escribiendo. Gracias a todos mis lectores por haber disfrutado, por haber hecho suyas mis palabras. Gracias por haber aceptado este trozo de mi alma encadenada en las letras. Nunca, nunca olviden, queridos lectores, lo más importante que quise plasmar aquí: ¡La vida es una lucha constante, pero vale la pena vivirla! ¡Vale la pena vivirla, amarla y ser feliz!

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