Mamá, las lágrimas pueden ahogar
los instantes de felicidad.
La memoria que no olvida y no
perdona endurece los corazones,
y con su filo helado rompe los lazos.
El tiempo le da muerte a muchos
amores que no supieron amar,
que sufrieron años decadentes
y no dejaron más que negras cenizas.
Pero tu amor, mamá, es un amor de colores,
un amor como de fuego inextinguible,
un amor como de luz y de esperanza.
Es un árbol que regamos con lágrimas
que de ser amargas, se vuelven dulces.
Es una memoria que no recuerda más que alegrías,
y que entierra las tristezas tan lejos
que no sabe luego encontrar esas tumbas.
Es un lazo que se estrecha con el tiempo,
una unión que los años fortalecen.
Es un amor que ayer nos vio nacer,
y dar unos pasos tambaleantes
por los senderos de la vida.
Es un amor que ayer nos enseñó
a pronunciar palabras de amor,
a dibujar al sol y a la luna,
y a escribir unas palabras titubeantes
en el gran libro de la vida.
Es un amor que hoy nos ve reír,
y caminar erguidos y serenos
en el laberinto del presente.
Es un amor que hoy nos enseña
a amar sin palabras y con actos,
a mirar al sol y a cantarle a la luna,
y a escribir unos versos más maduros
en el poema misterioso de la vida.
Es un amor que mañana quizás no nos
verá correr hacia el horizonte,
porque quizá nuestros caminos se separen.
Es un amor que mañana nos enseñará,
con el testimonio del pasado,
a extender nuestras manos,
a que Otro nos ciña y nos lleve donde Él quiera,
a poner punto final en los capítulos del libro.
Es un amor que hizo uno de tres,
que en el glorioso sacrifico de su unión
nos dio la vida y la alegría.
Tu amor, mamá, es un amor de colores,
y ni todos los poemas del mundo
le harán justicia a esos tonos secretos
que esculpieron y pintaron mi alma.
Tu amor, mamá, es un amor de colores,
y ni todas las palabras de mi boca
podrían agradecerte suficiente,
ni pedirte perdón por mis bobadas,
ni decirte, mamá, cuánto te quiero.
los instantes de felicidad.
La memoria que no olvida y no
perdona endurece los corazones,
y con su filo helado rompe los lazos.
El tiempo le da muerte a muchos
amores que no supieron amar,
que sufrieron años decadentes
y no dejaron más que negras cenizas.
Pero tu amor, mamá, es un amor de colores,
un amor como de fuego inextinguible,
un amor como de luz y de esperanza.
Es un árbol que regamos con lágrimas
que de ser amargas, se vuelven dulces.
Es una memoria que no recuerda más que alegrías,
y que entierra las tristezas tan lejos
que no sabe luego encontrar esas tumbas.
Es un lazo que se estrecha con el tiempo,
una unión que los años fortalecen.
Es un amor que ayer nos vio nacer,
y dar unos pasos tambaleantes
por los senderos de la vida.
Es un amor que ayer nos enseñó
a pronunciar palabras de amor,
a dibujar al sol y a la luna,
y a escribir unas palabras titubeantes
en el gran libro de la vida.
Es un amor que hoy nos ve reír,
y caminar erguidos y serenos
en el laberinto del presente.
Es un amor que hoy nos enseña
a amar sin palabras y con actos,
a mirar al sol y a cantarle a la luna,
y a escribir unos versos más maduros
en el poema misterioso de la vida.
Es un amor que mañana quizás no nos
verá correr hacia el horizonte,
porque quizá nuestros caminos se separen.
Es un amor que mañana nos enseñará,
con el testimonio del pasado,
a extender nuestras manos,
a que Otro nos ciña y nos lleve donde Él quiera,
a poner punto final en los capítulos del libro.
Es un amor que hizo uno de tres,
que en el glorioso sacrifico de su unión
nos dio la vida y la alegría.
Tu amor, mamá, es un amor de colores,
y ni todos los poemas del mundo
le harán justicia a esos tonos secretos
que esculpieron y pintaron mi alma.
Tu amor, mamá, es un amor de colores,
y ni todas las palabras de mi boca
podrían agradecerte suficiente,
ni pedirte perdón por mis bobadas,
ni decirte, mamá, cuánto te quiero.
Santi.
ResponderEliminarMe dejas realmente impresionada, me encanta tu forma de pensar y escribes hermoso. Estaba leyendo en una de tus entradas que pensabas en no escribir tanto acerca de religión o de Dios ya que querías hacer de tu blog algo más universal, yo te diría no lo hagas, escribe lo que quieras, cuando quieras y de lo que quieras, yo creo que lo que se necesita hoy en día es la presencia de Dios (llámale como quieras, Dios, Jehová, Alá, etc.) en nuestros corazones y en todo lo que hacemos, ya que la ausencia de Dios es lo que está acabando con los valores de México y del mundo, no me avergüenzo de la religión que mis padres me dieron y no me importa que la gente lo sepa, a mí no me da miedo mostrar mi crucifijo por el que dirán, rezo por mis pacientes y le pido a Dios por ellos, y si a las demás personas les molesta que hable de Dios o le lleve cerca de mi corazón, ya se pueden ir marchando, que no me importa su opinión, así que Santi, se firme en tus convicciones y habla fuerte y claro lo que piensas a ver si así aprendemos algo.
Bere