Cuando Tito abandonó el equipo por unos días, después de que se anunciara que su cáncer había vuelto, los jugadores lucieron antes del partido una playera que tenía este mensaje: "Seny, pit i collons." Esta frase intraducible se convirtió en el lema del equipo desde entonces, y más en esta pequeña tempestad que se vivió durante un par de semanas. Y es que para lograr lo heróico, para lograr la remontada de un 2-0 después dos partidos perdidos contra el eterno rival dejando unas sensaciones no muy buenas, el Barça necesitaba, precisamente, "seny, pit i collons."
Seny, porque en el partido de hoy no podían darse el lujo de volcarse con locura al ataque. El juego del Barça es una filosofía, y para cosechar triunfos tenían que mantenerse fiel a ella. Necesitábamos una alineación sensata y tradicional, con Valdés bajo palos, con la elegancia y seguridad de Piqué, con la velocidad precisa de Mascherano (aunque un desliz suyo casi nos cuesta la vida), con los centros y las cabalgatas por la banda de Alves y las internadas mortíferas de Alba por la izquierda, con la calma imperial de Busquets, con Xavi dirigiendo la orquesta con pases cortos certeros y pases largos de fantasía, con Iniesta desequilibrando en todos los rincones del campo, con la presión incesante de Pedrito, con el olfato goleador de Villa y con la magia de un Messi que volvió a la vida cuando más lo necesitábamos. Necesitábamos calma, porcentajes altos de posesión, presión en todos los sectores del campo, una cantidad inimaginable de pases, cambios de ritmo en el ataque...en resumen, todo lo que el Barça intenta hacer en cada partido desde hace años.
Pit, porque precisamente en el pecho, sobre el corazón, portamos hoy (y el día del 2-0 en Milán, y el del 3-1 y el del 2-1 contra el Madrid) con orgullo el escudo de este equipo que tantas alegrías nos ha dado. Hay gente que dice que el Barça es una moda, pero esto es completamente absurdo. Un equipo que encarna los sentimientos de millones de personas, casi de una nación entera, que ha existido desde 1899 y que nos ha dado tantas alegrías no puede ser una moda. Un equipo que es "més que un club" no puede ser una moda. Necesitábamos creer en esta historia con orgullo y partirse el pecho por ella.
Collons...pues porque había que luchar. Meter tres goles en cualquier partido no es cosa sencilla. Menos contra un equipo como el Milan, de gran historia también, que no por nada había llegado hasta ahí en la Champions; contra un equipo italiano que tenía dos goles de ventaja y que, todos pronosticaban, iba a encerrase en su mitad del campo, si no es que en su propia área. En este partido, sabíamos que íbamos a tener que luchar cada balón, no dar nada por perdido, correr y correr y correr y correr...y los once jugadores que estaban sobre no podían rendirse, porque además de cargar sobre sus hombros sus propias ilusiones, llevaban encima el sueño de los miles de aficionados que estaban en el Camp Nou y de los millones que de lejos vimos el partido. Y así como aquí, a miles de kilómetros de Barcelona, muchos perdimos la voz al gritar con los goles del Barça, esos once héroes (más Villa, Puyol y Adriano, y todos los que estaban en el banquillo y en la grada, y Roura y Tito...) dieron hasta la última gota de energía para mantener vivo nuestro sueño. Ya lo había dicho Pep una vez: "Aquest equip és collonut..."
Por eso el Barça ganó hoy. Por eso el Barça es un gran equipo. Por eso hay que mantener la confianza en ellos aunque hayan tenido una mala racha. Porque siempre volverán a demostrarnos que son más que grandes jugadores de fútbol, y que el Barça es "més que un club." Porque siempre volverán con su magia y nos harán volver a soñar.
Visca el Barça avui i sempre!
Seny, porque en el partido de hoy no podían darse el lujo de volcarse con locura al ataque. El juego del Barça es una filosofía, y para cosechar triunfos tenían que mantenerse fiel a ella. Necesitábamos una alineación sensata y tradicional, con Valdés bajo palos, con la elegancia y seguridad de Piqué, con la velocidad precisa de Mascherano (aunque un desliz suyo casi nos cuesta la vida), con los centros y las cabalgatas por la banda de Alves y las internadas mortíferas de Alba por la izquierda, con la calma imperial de Busquets, con Xavi dirigiendo la orquesta con pases cortos certeros y pases largos de fantasía, con Iniesta desequilibrando en todos los rincones del campo, con la presión incesante de Pedrito, con el olfato goleador de Villa y con la magia de un Messi que volvió a la vida cuando más lo necesitábamos. Necesitábamos calma, porcentajes altos de posesión, presión en todos los sectores del campo, una cantidad inimaginable de pases, cambios de ritmo en el ataque...en resumen, todo lo que el Barça intenta hacer en cada partido desde hace años.
Pit, porque precisamente en el pecho, sobre el corazón, portamos hoy (y el día del 2-0 en Milán, y el del 3-1 y el del 2-1 contra el Madrid) con orgullo el escudo de este equipo que tantas alegrías nos ha dado. Hay gente que dice que el Barça es una moda, pero esto es completamente absurdo. Un equipo que encarna los sentimientos de millones de personas, casi de una nación entera, que ha existido desde 1899 y que nos ha dado tantas alegrías no puede ser una moda. Un equipo que es "més que un club" no puede ser una moda. Necesitábamos creer en esta historia con orgullo y partirse el pecho por ella.
Collons...pues porque había que luchar. Meter tres goles en cualquier partido no es cosa sencilla. Menos contra un equipo como el Milan, de gran historia también, que no por nada había llegado hasta ahí en la Champions; contra un equipo italiano que tenía dos goles de ventaja y que, todos pronosticaban, iba a encerrase en su mitad del campo, si no es que en su propia área. En este partido, sabíamos que íbamos a tener que luchar cada balón, no dar nada por perdido, correr y correr y correr y correr...y los once jugadores que estaban sobre no podían rendirse, porque además de cargar sobre sus hombros sus propias ilusiones, llevaban encima el sueño de los miles de aficionados que estaban en el Camp Nou y de los millones que de lejos vimos el partido. Y así como aquí, a miles de kilómetros de Barcelona, muchos perdimos la voz al gritar con los goles del Barça, esos once héroes (más Villa, Puyol y Adriano, y todos los que estaban en el banquillo y en la grada, y Roura y Tito...) dieron hasta la última gota de energía para mantener vivo nuestro sueño. Ya lo había dicho Pep una vez: "Aquest equip és collonut..."
Por eso el Barça ganó hoy. Por eso el Barça es un gran equipo. Por eso hay que mantener la confianza en ellos aunque hayan tenido una mala racha. Porque siempre volverán a demostrarnos que son más que grandes jugadores de fútbol, y que el Barça es "més que un club." Porque siempre volverán con su magia y nos harán volver a soñar.
Visca el Barça avui i sempre!
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