Lejos de Casa

La vida es un poco misteriosa, rara e impredecible. Más bien, muy misteriosa, rara e impredecible. A lo largo de estos últimos años, las piezas de mi propia vida se habían ido acomodando como en un rompecabezas para dar lugar a una felicidad increíble que rayaba en la perfección. No entro en más detalles, pero todos los que me rodean saben la parte importantísima que jugaron en mi vida para que fuera (para que sea) tan maravillosa. Surgió de repente una oportunidad que yo sabía que cambiaría todo de golpe. Las oportunidades, sin embargo, sólo se presentan una vez en la vida, y se presentan por una razón, y por eso, no podemos dejar que pasen de largo. Esta oportunidad era la de ir a estudiar un semestre a Francia, y aunque fue difícil, decidí aceptarla. 


No es nada fácil dejar atrás lo que se ama. No es fácil dejar atrás a tu familia, a tus mejores amigos, a una niña especial, a un equipo de fútbol y a dos horas diarias de entrenamientos, a excelentes conversaciones en mil lugares distintos, a cafés humeantes y a libros pesados y suaves, a la deliciosa comida de la casa...no es fácil alejarse de una "rutina" tan cambiante, de la simpleza de una alegría que encontraba su razón de ser en cada segundo de mi día. No es fácil, y por eso un sábado me despedía de mis papás y hermanos en el aeropuerto con lágrimas en los ojos; por eso los abracé largamente antes de atravesar esa pequeña pared que nos separaría durante meses...pero una vez que se toma una decisión, hay que asumirla con todas las consecuencias (buenas y malas) que pueda conllevar. Al fin y al cabo, lo que más cuesta es lo que más vale la pena en la vida.


En fin...después de un larguísimo viaje que no vale la pena describir en detalle, por fin llegué a Niza. Aquí tengo que enfrentarme a una de las cosas que más me cuestan: conocer a gente nueva, irlos tratando poco a poco, sin juzgar por las primeras impresiones. Ante esta nueva situación, he de enfrentarme con valor y esfuerzo a la que posiblemente sea la experiencia más compleja de mi vida. Debo hacer todo lo que pueda para que, como me dijo mi papá, este semestre sea uno "lleno de experiencias que me ayuden a crecer, a tener una perspectiva más amplia y real del mundo y que me hagan más tolerante y me acerquen más a Dios." Si lo hago, regresaré a casa listo para seguir con mi vida siendo una mejor persona. Por el momento, sólo les pido a todos aquéllos que extraño que recen por mí para que sepa aprovechar esta experiencia.

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