Parece que la balacera en el estadio de Santos el sábado de la semana pasada y los sucesos de Monterrey esta semana han colmado la paciencia de mucha gente. La violencia que ha reinado en México durante los últimos años ha llegado a límites que eran imposibles de imaginar, al menos para mí. Es trágico, es absurdo ya...y lo peor es que nuestros gobernantes no parecen llegar a ninguna solución. Culpas hay muchas: que si el PRI por gobernar durante 75 años y no hacer nada por el bien del país, que si Calderón por atacar frontalmente y sin rodeos al narcotráfico, que si el resto de los políticos por su corrupción y su falta de acción, o el ejército por su falta de experiencia y efectividad...Sin embargo, esto no es cuestión de encontrar un chivo expiatorio que exonere a todos los demás. No se puede generalizar, diciendo que fue culpa de los 75 años del PRI, y tampoco particularizar y atacar a Calderón. La culpa la tenemos todos los mexicanos.
Y a pesar de admitir esto o de culpar a quien sea, sólo se critica, pero nadie propone una solución. Y la verdad es que yo tampoco la tengo. No puedo pretender saber más que toda la gente que tiene el país en sus manos. Lo único que tengo es una creencia de que el problema tiene una raíz mucho más profunda de la que todos ven y de que si no se ataca esta raíz no vamos a resolver absolutamente nada. Unos dicen (parece increíble, pero yo mismo lo he escuchado) que lo mejor es que los políticos hagan tratos con los narcotraficantes, que ellos hagan todo por debajo del agua y que dejen en paz a los ciudadanos. Pero, siendo realistas, eso no solucionaría nada. En algún momento u otro, todo volvería a surgir y sería mucho peor. Además, ¿cómo podemos aceptar que nuestro país esté regido por los peores delincuentes, por gente que mata a sangre fría y que se olvida de que todos aquellos que caen derribados por las balas o por el fuego son humanos también? ¿Cómo podemos permitir que esa gente que ha causado que se derramen tantas lágrimas y que se pierdan tantos sueños nos controle a todos como un titiritero? Por otra parte, quizá la guerra que hay hoy tampoco sea la solución. Es lo mismo que antes, tal vez sólo sea una solución que dure poco y que cueste ríos de sangre como lo ha hecho hasta hoy. Pero no podemos juzgar.
La verdad más cierta que he encontrado respecto a esto fue un "tweet" de Miguel Carbonell: "Es probable que la crisis de seguridad que estamos viviendo sea en el fondo una crisis de valores." ¡Eso sí es absolutamente cierto! La crisis del mundo entero es la falta de amor. La solución a todos los problemas del mundo son los valores: el respeto a la dignidad del hombre, aprender a pensar un poco más en la felicidad de los otros antes que en nuestro propio bienestar, la solidaridad...y un poco de valentía, para que nos atrevamos a defender estas cosas, a levantarnos y a gritar, por sobre el ruido de las balas y los gritos de odio, que aún hay gente que sabe amar. La raíz del problema es esta. Y hasta que la educación en México no deje atrás las irrelevancias (con todo respeto, pero ¿qué importa si "ganamos" el cinco de mayo si de todos modos nos pusieron a un emperador extranjero?) y se centre más en inculcar estos valores no vamos a progresar. Si no le damos la importancia debida al deporte, a la familia, a los valores, al amor...¿cómo queremos llegar a algún lado?
Así pues, ya ven que tampoco tengo una solución concretísima como la que todos quieren y nadie propone. Yo no quiero matar al Presidente, pero tampoco lo idolatro. Yo no quiero matar a todos los delincuentes, pero tampoco hacer tratos con ellos y dejar que tomen las riendas del país. Yo sólo pienso que si todos amaramos un poco más y si nos esforzáramos por dar a conocer el amor el mundo sería un mejor lugar.
Y a pesar de admitir esto o de culpar a quien sea, sólo se critica, pero nadie propone una solución. Y la verdad es que yo tampoco la tengo. No puedo pretender saber más que toda la gente que tiene el país en sus manos. Lo único que tengo es una creencia de que el problema tiene una raíz mucho más profunda de la que todos ven y de que si no se ataca esta raíz no vamos a resolver absolutamente nada. Unos dicen (parece increíble, pero yo mismo lo he escuchado) que lo mejor es que los políticos hagan tratos con los narcotraficantes, que ellos hagan todo por debajo del agua y que dejen en paz a los ciudadanos. Pero, siendo realistas, eso no solucionaría nada. En algún momento u otro, todo volvería a surgir y sería mucho peor. Además, ¿cómo podemos aceptar que nuestro país esté regido por los peores delincuentes, por gente que mata a sangre fría y que se olvida de que todos aquellos que caen derribados por las balas o por el fuego son humanos también? ¿Cómo podemos permitir que esa gente que ha causado que se derramen tantas lágrimas y que se pierdan tantos sueños nos controle a todos como un titiritero? Por otra parte, quizá la guerra que hay hoy tampoco sea la solución. Es lo mismo que antes, tal vez sólo sea una solución que dure poco y que cueste ríos de sangre como lo ha hecho hasta hoy. Pero no podemos juzgar.
La verdad más cierta que he encontrado respecto a esto fue un "tweet" de Miguel Carbonell: "Es probable que la crisis de seguridad que estamos viviendo sea en el fondo una crisis de valores." ¡Eso sí es absolutamente cierto! La crisis del mundo entero es la falta de amor. La solución a todos los problemas del mundo son los valores: el respeto a la dignidad del hombre, aprender a pensar un poco más en la felicidad de los otros antes que en nuestro propio bienestar, la solidaridad...y un poco de valentía, para que nos atrevamos a defender estas cosas, a levantarnos y a gritar, por sobre el ruido de las balas y los gritos de odio, que aún hay gente que sabe amar. La raíz del problema es esta. Y hasta que la educación en México no deje atrás las irrelevancias (con todo respeto, pero ¿qué importa si "ganamos" el cinco de mayo si de todos modos nos pusieron a un emperador extranjero?) y se centre más en inculcar estos valores no vamos a progresar. Si no le damos la importancia debida al deporte, a la familia, a los valores, al amor...¿cómo queremos llegar a algún lado?
Así pues, ya ven que tampoco tengo una solución concretísima como la que todos quieren y nadie propone. Yo no quiero matar al Presidente, pero tampoco lo idolatro. Yo no quiero matar a todos los delincuentes, pero tampoco hacer tratos con ellos y dejar que tomen las riendas del país. Yo sólo pienso que si todos amaramos un poco más y si nos esforzáramos por dar a conocer el amor el mundo sería un mejor lugar.
Estoy completamente de acuerdo contigo. Además de todo lo que dijiste, también creo que todos debemos de seguir tu ejemplo y expresar nuestra opinión, nuestro descontento, nuestro coraje, nuestras ganas de acabar con todo esto y de mejorar el país, porque desgraciadamente mucha gente no se atreve a hacerlo por miedo. Al expresarnos estamos demostrando que el miedo, el peligro y todos los problemas que hoy enfrentamos no nos van a detener, pues como tú dijiste, aún hay gente que sabe amar, y tenemos que demostrarlo.
ResponderEliminarGracias, Lomelí! creo que eso que dices de tener el valor de expresarse y de demostrarlo es muy importante...te mando un abrazo!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, una persona no puede resolver un problema que es de todos, ni tampoco podemos dejar en manos de alguien mas nuestra vida, es por eso que cada uno de nosotros tenemos te aportar aunque sea un poco y dar lo mejor que tenemos, almenos que nuestros actos se vean reflejados en nuestra familia,amigos y escuela.
ResponderEliminarAtte. Jack ;)