"Juventud, divino tesoro..."



Me pregunto cómo será la vida de aquéllos que viven sin pasión y sin ideales, la triste monotonía de creer que los pasos que das en el mundo no sirven para nada. Y si su vida es ya vacía, ¿cómo su juventud?

“Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver…” ¿Será la juventud la edad más hermosa? Soy un joven, lo sé, y no tengo experiencia más que de una niñez con recuerdos fugaces y borrosos, pero por lo que he vivido, me atrevería a afirmar que sí. ¡De verdad es divina! Esta manera que tenemos de experimentar cada cosa del mundo como si fuese algo nuevo, de descubrirle algo más a cada momento… A veces no quiero crecer.

Quiero quedarme para siempre en esta edad de ideales, de ilusiones, de azotes salvajes y de llantos largos, profundos, de llantos que en verdad siento.

Quiero revivir mil veces mi primer amor, tomar y besar su mano con ternura e inocencia mirando al horizonte junto a ella. Quiero sentir de nuevo el miedo de perderla, la incertidumbre que me acecha repetidamente y la alegría extática de cuando dice que me quiere. Quiero atreverme a amar plenamente. Tal vez lo único por lo que quiero crecer es para vivir la vida con ella.  Pero, ¿y si fuéramos los dos jóvenes por siempre…?

Quiero sentir todo el tiempo la certeza de que Dios me mira, la locura con la que lo persigo a veces y el remordimiento que me asalta cuando no lo hago. Quiero palpar de nuevo el fuego que me consume cuando veo su Amor actuar en mi vida. ¡Puedo estirar la mano y tocarlo! ¿Será igual después? ¿Lo sentiré con tanta realidad, con tanta pasión?

Quiero equivocarme, tropezar mil veces con la misma piedra y aprender cada vez cosas nuevas. Quiero forjarme lentamente con los sufrimientos de mi vida (muchos o pocos para mi edad...¿lo sabré algún día?). Quiero vivir cada instante de la vida como el primero, como el único y como el último.

¡Quiero exclamarle al mundo lo hermoso que es vivir! Quiero aprender el verdadero valor de la vida...quiero morir por alguien. ¡Y qué hermosa muerte sería! Y qué hermosa vida habría tenido...o más bien, ¡qué hermosa vida tengo!


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