Dicen que se escriben de noche los mejores versos,
cuando los rayos de plata de una luna llena
besan mi rostro, iluminan mi mente y dan luz a mis ojos
como lo hace en mi mente tu presencia eterna.
Los días pasan, mi niña, pasan como las olas
de un mar embravecido: suben y bajan y llevan
en ellas mareas de amor y de esperanzas.
Pasan y con tierna añoranza cantan
tu nombre a mis oídos, y traen el eco
de esas palabras que has murmurado en silencio
estando tú y yo solos en nuestro mundo ilógico,
lejos de todo, en un impenetrable refugio.
Los días pasan, mi niña, pasan como rumores de viento,
que llevan en ellos el polvo y las flores y hojas secas,
y sueños y promesas olvidadas y suspiros de un momento
que proclama a cuatro vientos tu cariño y tus sonrisas.
Pasan y toman en sus manos un bello pasado
que absorbe al unísono la risa y el llanto,
y se detiene un instante, en el presente ensimismado,
para proyectar al futuro su fuerza y su encanto.
Los días pasan, mi niña, pasan velozmente despacio
y traen en el alma un millón de emociones
que cambian, sacuden mi tiempo y mi espacio,
y siembran a veces tormentos de dudas inocentes.
Pasan, pero al final de todo estás siempre tú,
mi meta, mi fuerza, mi espada y mi escudo.
Están tus palabras, está tu mirada; estás siempre tú.
Y sí, que así sea, que pueda yo darte mi vida por siempre.
cuando los rayos de plata de una luna llena
besan mi rostro, iluminan mi mente y dan luz a mis ojos
como lo hace en mi mente tu presencia eterna.
Los días pasan, mi niña, pasan como las olas
de un mar embravecido: suben y bajan y llevan
en ellas mareas de amor y de esperanzas.
Pasan y con tierna añoranza cantan
tu nombre a mis oídos, y traen el eco
de esas palabras que has murmurado en silencio
estando tú y yo solos en nuestro mundo ilógico,
lejos de todo, en un impenetrable refugio.
Los días pasan, mi niña, pasan como rumores de viento,
que llevan en ellos el polvo y las flores y hojas secas,
y sueños y promesas olvidadas y suspiros de un momento
que proclama a cuatro vientos tu cariño y tus sonrisas.
Pasan y toman en sus manos un bello pasado
que absorbe al unísono la risa y el llanto,
y se detiene un instante, en el presente ensimismado,
para proyectar al futuro su fuerza y su encanto.
Los días pasan, mi niña, pasan velozmente despacio
y traen en el alma un millón de emociones
que cambian, sacuden mi tiempo y mi espacio,
y siembran a veces tormentos de dudas inocentes.
Pasan, pero al final de todo estás siempre tú,
mi meta, mi fuerza, mi espada y mi escudo.
Están tus palabras, está tu mirada; estás siempre tú.
Y sí, que así sea, que pueda yo darte mi vida por siempre.
Me gusta leer tu poesía, me provoca sentimientos y emociones, cosa que no logran otros que se dicen poetas.
ResponderEliminarTe quiero ahijado, sigue escribiendo y avisame cuando salga tu libro de poemas, los quiero tener todos.
Gracias madrina! Ojalá algún día sí pueda publicar mi libro, jajajaja, cuando llegue ese día ten por seguro que te avisaré...gracias!
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