La vida es un ciclo...es un camino de inagotable belleza que, a pesar de todo, llega a su final, aunque este final sea un nuevo comienzo. Muchas veces no vemos que a pesar de que la muerte es una de las cosas que más tristeza nos causa, es también una oportunidad gigantesca para darse cuenta del amor, del sentido y del valor de una vida. En este soneto he querido plasmar eso: que aunque nos traiga dolor, nos enseña a amar con más profundidad:
Tú eres la blanca espuma de las olas
Que besa y lame las orillas del mar:
Así de cerca sigues mi caminar…
Me invade tu recuerdo estando a solas.
¡Oh! ladrona de sueños y de vidas,
Nos das la vida, nos haces tú amar.
Imprimes esa huella que ha de durar
Segundos, minutos, milenos, horas…
Por ti se vierten lágrimas en ríos,
Por ti se tocan himnos de tristeza,
Por ti doblan las campanas de mi Dios,
Por ti mantengo viva la esperanza,
Por ti he dado yo mil veces ese adiós
Que le ha dado a mi vida fortaleza.
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