“Evviva i pazzi... che hanno capito cos'è l'amore!” exclama el cantante italiano Giuseppe Povia. “¡Vivan los locos que han entendido lo que es el amor!” Y es que de estos locos hay muy pocos en el mundo de hoy. Yo tengo dieciséis años, y no puedo decir que entiendo al amor en su totalidad. Pero lo que sí puedo decir es que creo en él firmemente, y que eso es lo que me inspira a vivir.
El mundo hoy quiere vendernos la idea de que no hay más amor. Igual que quiere hacernos pensar que las estrellas ya no existen porque la contaminación, las fortísimas luces y el estrés nos impiden pararnos a media noche a contemplar el cielo. Pero esto no significa que no haya estrellas. Que el mundo intente borrar el concepto de amor de nuestras mentes manchándolo con banales mentiras de sexo, de egoísmo y de ceguera no quiere decir que el amor no exista. Tal vez piensen que yo, con mis viles e inmaduros dieciséis años, no tenga ni la más remota idea de lo que es el amor…y tal vez tengan razón. Sin embargo, como dije, yo creo en él, y siento la obligación de defenderlo porque en este mundo debe haber miles, es más, me atrevo a decir, millones de personas que crean todavía en el amor. Y todos, absolutamente todos, tienen el derecho de conocerlo y experimentarlo.
En primer lugar, hay que clarificar el concepto erróneo que, desde mi punto de vista, mucha gente tiene del amor. Yo creo, antes que nada, que el amor no es un sentimiento. Los sentimientos son como la temperatura de estos días en mi ciudad de Puebla: un frío intenso en la mañana, un calor ascendente hasta las tres de la tarde, luego desciende bruscamente para volver a subir y al fin cae tanto que llega a congelarnos casi. En un mismo día, en un mismo momento, podemos sentirnos tristes, culpables y enojados por una cosa pero felices por otra. Los sentimientos, aunque son muy valiosos, suben y bajan como las olas del mar y no pueden ser la base de nuestra vida. El amor, en cambio, aunque puede nacer de sentimientos, es una decisión que involucra las tres cosas que nos hacen diferentes de los animales: la inteligencia, la voluntad y la libertad. Por otra parte, también pienso que hay varios tipos de amor. Todos son igual de buenos e igual de perfectos, pero sus expresiones son distintas.
Ahora, yo me he propuesto no hablar de Dios (en la medida de lo posible) en mi blog, con el fin de que sea lo más universal posible, puesto que proclama valores comunes que todo ser humano comparte por el simple hecho de ser humano. Así que, si no creen en Dios, pueden saltarse este párrafo, pero yo tengo la obligación de escribirlo. El primer tipo de amor es el amor recíproco que existe entre Dios y los hombres. Este es el amor más perfecto, porque es totalmente desinteresado…es, simplemente, total y absoluto. Una vez leí que un niño pequeño, al ser cuestionado sobre el significado del amor, respondió: “Dios en la cruz debería haber dicho unas palabras mágicas para que se le cayeran los clavos, pero no lo hizo; esto es Amor.” ¡Y cuánta razón tiene la feliz inocencia de este niño! No puedo agregar nada más a su definición. Amar de verdad es amar hasta que duela, hasta dar la vida. Y esto es precisamente lo que hace Dios por nosotros, y lo que nosotros debemos de hacer por Él.
C.S. Lewis escribió: “Friendship is unnecessary, like philosophy, like art... It has no survival value; rather it is one of those things that give value to survival.” No he podido encontrar una traducción que sea adecuada, pero más o menos quiso decir que la amistad, como la filosofía y el arte, no es necesaria, no tiene ningún valor para sobrevivir; al contrario, es una de las cosas que le dan valor a la existencia. Este es el segundo tipo de amor: la amistad. Lewis también dijo que pocos aprecian la amistad porque pocos la experimentan, y es totalmente cierto. Pero quien ha tenido un amigo de verdad sabe lo que significa el amor entre amigos. Sabe que es llorar juntos, reír juntos, caerse, levantarse…caminar por la vida sosteniéndose mutuamente y compartiendo experiencias de todo tipo. Un amigo es como un “otro yo” que, aunque sea diferente, está ahí para ayudarnos en cualquier situación. Un amigo es una persona por la cual se da la vida sin dudarlo. Yo he experimentado la amistad, he recibido de mis amigos tanto que no sé si algún día podré pagarles lo que han hecho por mí. Lo único que sé es que daría la vida por cualquiera de ellos. Dentro de este amor podría incluir también al amor de una familia, que, aunque es diferente, comparte muchas características con la amistad. También en la familia se recorre la vida codo con codo y se vive todo en carne propia. Y también por mi familia daría yo la vida sin siquiera cuestionármelo un segundo.
El tercer tipo de amor es el más incomprendido, el más atacado, el más vulnerable…y también el amor humano más hermoso. Es el amor entre un hombre y una mujer. Este amor se vive en diferentes etapas a lo largo de la vida. Yo, claro está, no puedo hablar del matrimonio como tal, por experiencia…pero si puedo hablar de mi ideal de amor y de lo que yo espero del amor, y también de lo que estoy dispuesto a dar por el amor. El peligro de hoy yace en que “amamos” demasiado temprano, y que con eso, quedamos luego incapacitados para amar de verdad. A mi edad, creo yo, el propósito del amor es darme un propósito. Es definir mi identidad, definir cómo quiero y puedo amar y cómo quiero que me amen. El amor es guardar en el rincón más profundo de mi alma a la niña de la que estoy enamorado, y tener de su recuerdo fuerza para afrontar hasta la situación más tonta de mi vida cotidiana. Es hacer que ella sea el motor que impulse mi voluntad, la espada y el escudo que defiendan mi pureza. Es lograr que mi lucha diaria (¡y vaya que es lucha!) sea por merecerla, por ser digno de amarla y de que me ame…y nada más. Lo demás vendrá con el tiempo. Este amor únicamente puede alcanzar su máxima expresión en un matrimonio fiel, que cumpla con los propósitos de la sexualidad: la entrega total a otra persona y la procreación.
Como el mundo ha desprestigiado a este amor, la gente cree que el amor se demuestra con un beso, con darse la mano, con vil sexo. “Hacer el amor”, dicen… ¡el amor no se hace, y menos en una cama! El amor se tiene y se da. El amor se vive en cada instante; es olvidarse de la felicidad propia y buscar sólo la de la persona amada. Amar plenamente es sonreír a pesar de que queramos llorar, es demostrar en cada detalle que se ama. Amar, otra vez, es dar…dar hasta la vida, si es necesario. Tal vez no sea necesario morir, pero si procurar con cada respiro, con cada latido del corazón, la felicidad completa de aquél a quien se ama.
Esto es amor. Y yo creo en él porque creo que es mi propósito en la vida. Yo amo (con amor de todos los tipos) para ser un árbol enorme que de cobijo a las aves en sus ramas y sombra a los viajeros cansados…para cumplir mi misión, porque si no se ama, no cumplimos nuestro propósito en la vida. Si no se ama, seremos como una ramita en vez de un poderoso árbol.
El amor es una locura…pero es lo único que tiene sentido en este mundo, y lo único que le da sentido a esta vida. Hay que atreverse, hay que ser valientes para amar. Pero la recompensa, algún día, valdrá la pena. ¡Vivan los locos!
Te voy a decir una cosa: eres la LECHE!!!! Eres alucinante!! Lo que haces no tiene nombre te lo prometo. Ya en irlanda mostraste una parte muy buena de ti y ahora has explotado. Tienes una vida interior alucinante que te hace escribir todos estos poemas y estos textos. Te lo digo de verdad que me gustaria poder hacer lo que haces lo que me pasa es que me falta voluntad... Bueno santi tu sigue que lo haces de coña y no lo dejes como ya lo hemos echo otros
ResponderEliminarXavi, muchisimas gracias! De verdad no sabes el gusto que me da saber que otras personas aprecian lo poco que intento hacer para mejorar el mundo...y bueno, yo te animo a seguir, tu blog es excelente! Se que en algun lado tienes tambien tu la voluntad necesaria...no lo dejes!!!
ResponderEliminarEfectivamente a la fecha la mejor entrada, porque habla de lo mejor y de la mejor manera. El amor también es un proceso y podemos ser mejores o peores para amar, solo hasta que nos poseamos totalmente podemos entregarnos total y radicalmente. Esa debe ser la lucha de cada día.
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