La expresión de lo eterno

Todo el mundo sabe que encontrar una definición universal para el concepto de arte es difícil, si no imposible. Los intentos que se han hecho por obtenerla son infinitos: unos han dicho que el arte es el recto ordenamiento de la razón. Otros la catalogan como una simple manera de expresarse. Para ciertas personas el arte es una forma de librarse de la voluntad, de ir más allá del ‘yo’, mientras que hay algunos que la consideran como el anhelo de la belleza ideal. Hay quienes han sostenido que su finalidad es de enseñar, de conmover, de complacer...pero nada final, nada definitivo. Por supuesto, no puedo aspirar yo a crear esta definición, pero no hay nada que me impida decir los elementos que yo considero importantes al afirmar que algo es arte (o que no lo es). En mi opinión el arte es un modo de expresión, sí, pero debe estar siempre adecuado a dos cosas: a lo bello y a lo bueno.

El problema que surge de este concepto (lo digo por experiencia propia) es que mucha gente considera que la belleza y la bondad son subjetivas. Yo pienso que ahí yace el gran error, que esta es la causa de la decadencia artística que se percibe en la sociedad actualmente. Lo bello y lo bueno no pueden ser reducidos a cosas que cambien como el viento por el deseo de cualquiera; belleza y bondad son ideales inamovibles y eternos que rigen la historia entera de la humanidad y que no pueden ser cambiados. Quizá en algún tiempo o lugar preciso se ha apreciado más ser alto que ser bajo o ser gordo a ser delgado, no lo sé...pero el hecho de que por diversas situaciones de cualquier índole, aun geográfica o climática, se haya prestado más atención a ciertas características no hace que la concepción de la perfección de bondad y belleza cambie. Hay que aclarar también que estos dos conceptos están intrínsecamente unidos: lo bello tiende a lo bueno y lo bueno tiende a lo bueno. En un ser que junte todas las perfecciones (Dios), belleza y bondad, al ser casi complementarios, alcanzarían su máxima expresión. Y los conceptos de belleza y de bondad que conozcamos son gracias al conocimiento de ciertos atributos particulares de esa perfección entera. Es decir, lo que para nosotros es bello y bueno es relativo a esa belleza y bondad perfecta que se halla en Dios.

Después de haber dicho esto (que el arte es la expresión de lo bello y lo bueno), debo decir que cabe pensar en un concepto de "estética del mal". Esto me lo plantee yo por vez primera al leer un libro de José Antonio Fortea, en el cual él dedica un capítulo entero a discutir esta estética del mal. Al ser un tema bastante complejo, no presentaré yo un punto de vista novedoso y genial: me limitaré a expresar con mis propias palabras lo que comprendí del mensaje de ese libro (se llama "Summa Daemoniaca", para cualquier curioso). La estética del mal estudiaría el concepto de belleza deformada y analizaría las reglas que subyacen en la deformación de la belleza. De aquí creo yo que, al vincular esto con el tema del arte, pueden surgir dos cosas: primero, que a través de elementos bellos se busque representar algún mal. Segundo, que se banalice tanto la expresión de sentimientos que lo único que se busque sea utilizar lo feo y lo malo para obtener algo feo y malo. Para poner un ejemplo, en "El Jardín de las Delicias" del Bosco o en la Divina Comedia se representa el mal (el Infierno) utilizando colores y figuras hermosas (en el primer caso) o palabras de una belleza difícilmente igualadas en la historia (en el segundo caso). Ahí cabría quizá el concepto de estética del mal. O, utilizando otro ejemplo mencionado por el autor (un poco más polémico, tal vez), en el Tercer Reich, la sensación de poder, de orden, de perfección, de belleza incluso...en pocos lugares se ha considerado la estética con más cuidado, y sin embargo, el mal en ellos era latente. Otra cosa, completamente distinta...un ejemplo que acabo de conocer (por desgracia en mi colegio), que me perturbó realmente, y que fue lo que me llevó a escribir esto. No voy a describirlo, sólo diré lo que es. Dejo a juicio de cada lector si quiere verlo y comparar, verlo y decir si me equivoco al afirmar que eso no es arte, no es bello, no es bueno: la música y la persona de Anna-Varney Cantodea.

Me he extendido un poco, lo admito Lo he hecho porque un peligro mayúsculo en el mundo de hoy es llegar a creer que todo es subjetivo, que no hay blanco ni negro, bueno ni malo, bello ni feo. Hay cosas que son eternas, que son universales, inamovibles...que son Verdad. Nuestro mundo depende de que reconozcamos esta Verdad y actuemos de acuerdo a ella. De acuerdo al Amor y a la Verdad.

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