Himno de Amor

Tú eres el Verbo, la Palabra encarnada.
Rey de reyes, Amor de mis amores, 
Verdad en mis profundidades grabada,
Sol de la mañana a quien oriento mi mirada,
destino que me aguarda al final de mis andares:


¿Qué mejor homenaje que poner mi alma enamorada
en un poema que le cante a tus dolores, 
que le cante a tu divina Sangre derramada,
que le cante, inspirado por voluntad sagrada,
al Amor que cargó sobre sí nuestros pesares?


¿Qué mejor homenaje que escribirte mi oración,
que tejer palabras y verter pesadas lágrimas 
en memoria de esa salvadora Pasión
que hizo renacer en los hombres la ilusión
y que abrió del Paraíso las eternas puertas?


Te miro, Señor, pagando por mi traición,
con la frente coronada de rojas espinas,
con los ojos que aún transmiten devoción,
con los labios deformados por la dolorosa exhalación,
por el soplo de vida que se escapa con pausa, sin más...


Te miro con la herida que atraviesa tu costado,
con las manos traspasadas, con los pies que han destruido.
Escucho el eco de ese grito que lanzaste abandonado,
el eco del llanto que desde el cielo cae, que parece derrotado,
el eco de tu voz que se extingue en un gemido.


Tu dolor, dolor inmenso que yo mismo he causado,
me conmueve y deja a mi corazón arrepentido.
¡Soy ingrato, Señor, al mirarte lastimado
y apartar mis ojos de ti y orientarlos al pecado!
Soy alma errante que en el camino de la vida se ha perdido.


Es verdad, ¡y Tú lo sabes, Señor mío!,
que verte así lastima también mi frágil corazón,
ese corazón que, siendo débil e incluso impío,
te ama más que una flor a un día del estío, 
pues sabe que eres Tú de mi vida la razón.


Te ama, Señor, porque tu propio Amor es como el río
que lo purifica en una ansiada intrusión
que destruye con presteza y con brío
la soledad que lo había sumido en el olvido y en el frío.
Te ama porque eres del Amor la máxima expresión.


Te ama simplemente porque quiere amarte,
te ama porque Tú lo amaste primero,
y porque en una Cruz te convertiste en baluarte
de su fe, y de su esperanza en estandarte.
Te ama con un amor que no es pasajero;
te ama con un amor que es eterno y verdadero.


Rey de reyes, Amor de mis amores,
¡toma mi vida, que muera en tu Cruz!
¡Que nazca contigo de nuevo en tu Luz!




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