Contradicciones

Vivimos en un mundo lleno de contradicciones. Por poner ejemplos concretos y cercanos: hace poco más de una semana vivimos, por un lado, la beatificación de Juan Pablo II, un hombre que con su testimonio de Amor logró transformar el mundo que lo rodeaba. Por otra parte, vimos cómo se regocijaban absurdamente cientos de personas (¿o millones, quizá?) por el asesinato de Bin-Laden. No es que justifique a ese hombre, no...el también cometió miles de atrocidades, pero eso tampoco puede dar pie a que se le mate como a un animal y, encima de eso, que se festeje una muerte. ¿Cómo es posible que dos seres humanos hayan tomado caminos tan distintos, que uno haya vivido en coherencia con el Amor y que el otro (o los otros) se paseen por la vida ignorando hasta la más mínima noción de respeto? ¿Por qué?


El hombre es una criatura maravillosa, la más maravillosa, sin lugar a dudas. Es también una criatura peligrosa. Un sólo hombre es un caleidoscopio de contradicciones. El meollo de la cuestión yace en la libertad que todos tenemos. Cada decisión que vamos a tomar tiene dos caras; con cada paso que damos en nuestra vida hay una nueva bifurcación del camino. Por un lado, está el bien. Y es que el bien, por más que quieran desprestigiarlo, no es subjetivo, no depende del humor que tengamos cierto día o de la dirección en la que sople el viento; el bien, la Verdad, el Amor...esto está inscrito en el corazón de cada hombre. Y sin embargo, del otro lado del camino, está el mal, está la comodidad de ajustar esta Verdad a nuestra conveniencia, de atar al Amor para que lo "utilicemos" cuando nos convenga, de quererse volver ciego y mirar sólo lo que se quiere mirar. Claro que sería grandioso si todos estuviéramos programados para seguir siempre el camino del bien, pero ¿qué gloria, qué heroísmo habría en ello?


La libertad es un riesgo, pero también es la oportunidad más grande para el heroísmo. La razón de las contradicciones que vive nuestro mundo es que son pocos los que están dispuestos a aceptar el reto de vivir el heroísmo. Y es que claro, es más fácil tomar sólo lo que nos es cómodo, lo que no exige esfuerzo y compromiso, y luego dejar que todo pase de largo.  El relativismo y el permisivismo se han convertido en dos obstáculos gigantescos del mundo. La responsabilidad de aquellos que conocemos la Verdad está en erigirse, no en juez del prójimo, sino en un apoyo y en luchar cada día por ser fiel, coherente y por dar testimonio....en atreverse a ser un héroe y a tomar las decisiones que nos llevan a cambiar el mundo y no a destruirlo poco a poco.

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