Progreso

Vivimos en un mundo en el que los avances de todo tipo se dan a un paso absurdamente rápido. Cada día escuchamos nuevos inventos científicos que hace veinte años no se le hubieran ocurrido ni al mejor escritor de ciencia ficción, oímos que se perfeccionan técnicas en áreas tan complejas como la medicina o la genética, nos llegan rumores lejanos de innovaciones en materia de educación, de novedosas ideologías políticas...en pocas palabras, el mundo corre dando enormes zancadas que dejan boquiabierto al más creativo. El mundo descubre cada día más el progreso.

Pero, ¿hacia dónde se dirige el mundo? Esta es una pergunta obligada, y sin embargo hay muy pocas personas que se la plantean. Todos van en pos de lo nuevo sin preguntarse lo que conlleva cada paso que se da. Se sige caminando sin tener la certidumbre de que no yace un acantilado a un metro de distancia. La sed de progreso es insaciable. Pero yo creo que el progreso por sí solo no es progreso. Progresar por progresar no es progresar.

El progreso debe estar dirigido a mejorar la sociedad, sí, pero no a costa de ella. El hombre es el responsable de progresar, pero al hacerlo debe tener en cuenta que el progreso debe mejorar al hombre.  Si se progresa a costa del sufrimiento de otros hombres no hay progreso, al contrario, se da un retroceso porque se daña lo que debería de protegerse. En uno de sus libros C.S. Lewis escribió que, en algunos casos, la forma más rápida de progresar es darse cuenta de que se han hecho mal las cosas, retroceder, y volver a empezar por un camino nuevo. Eso del "bien mayor" es una excusa absurda: el fin no justifica los medios. La dignidad de todo hombre es intocable, y el mejor progreso es respetar esta verdad y actuar en coherencia con ella y con toda la Verdad.

Cada uno tiene una responsabilidad de actuar para progresar en su ámbito. Seamos estudiantes, trabajadores, empresarios, políticos, cada uno, en medida de sus posibilidades, debe hacer lo que está en sus manos para encaminar a la humanidad por la senda correcta. Lo he dicho varias veces ya, y lo repito: mientras más coherencia tengamos con la Verdad, con los principios que conocemos, más rápido avanzaremos, pero lo haremos por el camino adecuado. Recordemos siempre que el hombre es el mejor amigo del hombre, que el hombre depende del hombre. Avanzemos unidos, respetando el Amor y la Verdad, y demos cada día un nuevo paso en nuestro peregrinaje hasta la perfección (por utópico que suene).

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