Princesa de antaño

Alguien debió haber dicho alguna vez que las mejores fuentes de inspiración para los poetas son dos: un corazón enamorado y un corazón roto. Si no, lo hago yo ahora. Esa es mi propia experiencia. He puesto ya dos poemas que correspondían a la primera inspiración. Ahora, la vida, la mejor maestra, me ha enseñado más cosas. Les dejo entonces este nuevo poema que escribí. Juzguen por ustedes mismos cuál ha sido mi inspiración.  

El error fue mío, princesa de antaño,

Por pintarte tan bella, sin mancha, perfecta.

Nunca pensé yo en el terrible daño

Que podría causarme tu silencio, que hoy me mata.

En ti se encarnó ¡oh, musa! mi ideal,

Y te apoderaste de mi existencia entera.

Eras para mí un paraíso terrenal;

Amaba tu rostro esculpido de blanquísima cantera.

Tus ojos brillaban con un fulgor sin igual

Y hacían dulzura de cualquier triste espera;

Me sumían en su inmensidad sin final,

Me iluminaban cual clarísima lumbrera.

Tu delicada silueta guiaba mi camino;

Al tacto de tu mano, helada y llena de bondad,

Perdía yo el miedo de rozar algún espino

O de caer bajo el peso de mi soledad.

Cuando cantabas se estremecían los rincones de mi alma,

Cuando reías se agitaba el mundo hasta el horizonte;

Cuando me hablabas mi espíritu se sumía en profunda calma,

Escuchar tu respiración era como oír el canto de un cenzontle.

Y tus palabras ¡oh, mi princesa de antaño!

Eran cual savia en el tronco de un árbol,

Cual agua fresca en el cauce de un río.

Convertían un segundo en un año

Y hacían que se disipara, absurdo, el más terrible frío.

El error, princesa de antaño, ¡fue mío!

Como mío es el lápiz moribundo que traza estas letras

Sobre un viejo papel doblado con hastío;

Como mías son las pesadas y amargas lágrimas

Que corrieron por mi rostro cuando pronunciaste tu fatal sentencia.

Y ahora que ya he visto la verdad

Me veo obligado a besar tu mano, ¡oh, tu dulce mano!

Y a regresar a mi antigua soledad.

Me despido de ti, princesa de antaño:

Teje tus propios sueños, que ya encontraré yo la manera de hilar los míos…sin ti.